El uso de aparatos eléctricos y electrónicos aumenta cada vez más en nuestro mundo y no se vislumbra el final de este crecimiento. Sin embargo, para un funcionamiento sin problemas de estos aparatos, deben existir condiciones de “compatibilidad electromagnética”. Esto significa que un aparato debe funcionar de forma satisfactoria, de tal manera que no cause interferencias electromagnéticas en el entorno que resulten inaceptables para otros aparatos.
Las interferencias electromagnéticas pueden causar diversos fallos, a menudo difíciles de diagnosticar. Estas interferencias se mueven en un rango que va desde chasquidos y ruidos en un receptor de radio, pasando por errores de datos e interrupciones del procesador en la tecnología informática, hasta fallos de aislamiento. Además, pueden propagarse de diferentes maneras en función de la frecuencia.
Para suprimir las interferencias conducidas y garantizar el cumplimiento de las directivas EMC, se necesitan filtros de red con los valores correspondientes. Mediante una adaptación incorrecta máxima de la impedancia, la propagación de las interferencias se evita mediante el uso de filtros EMC. El efecto de filtrado se extiende en ambas direcciones. Esto significa que las interferencias del consumidor a la red se atenúan tanto como las de la red al consumidor.
Importante saber: las interferencias de baja frecuencia por debajo de 10 MHz se propagan principalmente de forma conducida a través de acoplamientos galvánicos. Las interferencias de mayor frecuencia > 30 MHz, por el contrario, se transmiten en su mayor parte por radiación. El rango intermedio es una suma de los mecanismos de transmisión.