Solo en Alemania, cada día se trata a más de 50.000 pacientes en hospitales. Ante la creciente necesidad de una atención sanitaria rápida y segura, los hospitales exigen soluciones de red modernas. La tecnología de la información y la infraestructura de apoyo se están convirtiendo en componentes cruciales en el sector.
Para comprobar los resultados de las pruebas o recetar medicamentos, el personal médico debe poder acceder a todos los datos relevantes del paciente en tiempo real. Además, los equipos médicos, como los tomógrafos computarizados (TC) o los resonancia magnética (RM), deben poder enviar exploraciones con gran cantidad de datos directamente a los departamentos especializados. A diferencia de muchas otras redes eléctricas, en los hospitales no hay margen para tiempos de inactividad. Cualquier interrupción del suministro eléctrico puede convertirse inmediatamente en un peligro para la vida de los pacientes.
Que un hospital no puede funcionar sin electricidad ya no es una sorpresa para nadie. Pero la propia electricidad también puede causar problemas. Las desviaciones en la red eléctrica pueden provocar entradas erróneas o la pérdida de datos al recopilar y almacenar datos sanitarios. Este efecto se intensifica cuando aumenta el número de dispositivos electrónicos en la red eléctrica local. El entorno eléctrico se vuelve más “ruidoso” y más “distorsionado”.
En la práctica, estos problemas se manifiestan en los equipos de rayos X, que suelen ser susceptibles a picos de tensión y distorsiones armónicas. Por lo general, esto provoca una reducción de la vida útil de los componentes, así como la pérdida de datos durante el funcionamiento.
Sin embargo, las alteraciones en la red eléctrica también suponen un riesgo para la seguridad física de los pacientes y del propio personal médico. El riesgo de incendios y descargas eléctricas aumenta si las partes conductoras de la carcasa entran en contacto directo o indirecto con personas. Del mismo modo, los sistemas críticos, como las máquinas de soporte vital en las unidades de cuidados intensivos, necesitan una alimentación de corriente constante para poder realizar su tarea de forma eficaz y sin consecuencias mortales.
Todos estos riesgos pueden mitigarse mediante el uso de aisladores que protejan los equipos de los efectos de los picos de tensión. Esto se consigue interrumpiendo las conexiones conductoras de electricidad entre la periferia de la red y el equipo. REO ofrece las series REOMED específicamente para estos fines.
Los aisladores de red REO también permiten una transmisión casi sin pérdidas de señales de CA de alta frecuencia, de acuerdo con los requisitos médicos de la norma IEC 60601-1. Esta norma exige que los equipos y sistemas que estén conectados mediante interfaces de señal dispongan de dispositivos de aislamiento eléctrico en las líneas de corriente y de datos.
Actualmente, los componentes de REO se encuentran en muchas aplicaciones de cuidados intensivos en todo el mundo. Con experiencia y un amplio conocimiento en la construcción de componentes, REO contribuye a que alrededor de 50.000 pacientes puedan ser tratados de forma segura, correcta y rápida cada día.